Mamen Hidalgo
Las nuevas generaciones deben conocer estas historias, deben tener en mente nombres propios a los que seguir y en los que verse reflejadas
Protagonistas. Entrevista a Mamen Hidalgo.
Hablar de fútbol femenino en España a día de hoy es hablar de miles de deportistas, en todo tipo de categorías y de progresos en visibilidad y reconocimiento en los últimos años. Unos progresos que son y siguen siendo posibles gracias a quienes abrieron camino y quienes siguen defendiendo su pasión. Hablamos de referentes como Vicky Losada, Alba Palacios, Vero Boquete, Irene Ferreras, Alba Mellado, Laura del Río y Aitana Bonmatí.
De todas ellas podemos conocer su historia gracias a “Compartiendo la gloria. El testimonio inspirador de siete mujeres futbolistas” de Editorial La Calle.
Su autora es Mamen Hidalgo, periodista y apasionada del fútbol, más que costumbrada a dar voz a las deportistas: en 2019 cubrió el Mundial de Fútbol Femenino y ha publicado reportajes y crónicas en medios como El Periódico, 20Minutos.es, El Español o Newtral, entre otros.
¿Qué encontramos en «Compartiendo la gloria. El testimonio inspirador de siete mujeres futbolistas»?
El libro muestra el viaje de siete mujeres por un mundo lleno de obstáculos. Todas ellas son muy diferentes, tienen distintas experiencias, pero parten de un inicio similar con una sociedad o un entorno que dificultaba imaginarse a sí mismas como lo que hoy soy, y tienen un nexo común también en la actualidad, al haberse convertido en referentes.
Vicky Losada, Vero Boquete o Laura Del Río nos cuentan cómo niñas que pensaban que el fútbol no existía para ellas se convierten en algunas de las mejores jugadoras de España.
Vemos anécdotas, viajes, comparaciones y algo de sufrimiento que comparten para que nadie olvide los orígenes. Alba Mellado incide en su tarea educativa, su vida en el fútbol más allá del terreno de juego, mostrando el camino entrenando a niñas que compiten en ligas masculinas.
Irene Ferreras da una lección deportiva y personal, muestra claves de supervivencia en un mundo volátil y donde trata de mantenerse en pie a base de mucha pasión por lo que hace.
Alba Palacios rompe todos los esquemas con su historia, nos hace reflexionar sobre estereotipos que tenemos. Y Aitana Bonmatí es la antítesis de todo lo que han vivido las anteriores protagonistas, una chica con técnica y mucha calidad que desde el inicio vive un mundo profesional y sueña con liderar una generación que nada tiene que ver con lo anterior.
Vemos sueños comunes, obstáculos similares y un afán de superación increíble. En el global del libro, vemos evolución. El fútbol no es lo que era para las mujeres, pero es importante tener estos testimonios presentes para crecer y mejorar.
Es importante que las deportistas estén en los medios de comunicación, y que la educación deportiva no sea androgénica como hasta ahora.
¿Qué es lo que te ha impulsado a hacer realidad este libro?
La ausencia de conocimiento sobre un fútbol emergente. Las futbolistas de este libro no tenían referentes y crecieron sin ellos, pero ahora que sí las tenemos, hay ausencia de comunicación.
Las nuevas generaciones deben conocer estas historias, deben tener en mente nombres propios a los que seguir y en los que verse reflejadas. Es importante que las deportistas estén en los medios de comunicación, y que la educación deportiva no sea androgénica como hasta ahora.
¿Qué tal ha sido entrevistar a deportistas tan destacadas como Vicky Losada, Alba Palacios, Vero Boquete, Irene Ferreras, Alba Mellado, Laura del Río y Aitana Bonmatí?
Considero un lujo poder hablar durante horas con las protagonistas. Todas cuentan con experiencias que enriquecen, es imposible salir indiferente de una conversación con personas que aman tanto su profesión y que han luchado tanto por lograr sus objetivos.
¿Cuál crees que es el mayor problema al que se han enfrentado para alcanzar sus metas?
Todo lo que rodea a sus historias es machismo. Empezando por no poder jugar con niños porque una norma no lo permitía, terminando por ser apartada de un equipo por reivindicar derechos mínimos que se acercaran a la igualdad. El mayor problema al que se han enfrentado es que el fútbol es un mundo muy masculinizado y donde los dirigentes muchas veces no están preparados para el cambio.
¿Cuál de sus historias te ha sorprendido más?
No me ha sorprendido más, pero sí me ha enriquecido hablar con Irene Ferreras. Es una mujer más desconocida para el público general pero tiene un mensaje muy potente. El fútbol es su vida, y eso lleva a enormes satisfacciones pero también a frustración, a ansiedad, a miedo o inestabilidad. Detrás de toda su carrera hay esfuerzo y superación. Después de publicar el libro fue destituida como entrenadora del Valencia, y ese acto me llevó a releer sus reflexiones. Son sobre su vida como entrenadora, una de las pocas entrenadoras en la élite, pero podrían servir como lecciones para cualquier persona. Creo que para gente de su generación va a ser fácil conectar con ella.
Imaginemos a alguien a quien le gusta seguir los deportes, pero que apenas conozca nada de deporte femenino… ¿Qué sensación puede llevarse una vez lea el libro?
Este libro tiene ese equilibrio. Quería que pudiera leerlo alguien que sigue el fútbol femenino, que puede conocer parte de estas historias, pero también que sirviera de inspiración para personas que están muy alejadas del deporte. Siempre digo que el deporte debe ser una excusa para contar otras cosas, y en este caso, aunque se hable mucho de fútbol y el contexto sea deportivo, las reflexiones son personales y muy enfocadas a romper con el sistema que han vivido hasta ahora. Cualquier mujer se verá identificada con sus reivindicaciones, así que la sensación puede ser de cercanía. No es necesario conocer el deporte para identificarse con ellas, porque son una vez más historias de mujeres que han saltado todas las barreras que les han puesto por delante hasta conseguir el éxito. La idea es que sea, como dice el subtítulo, un mensaje inspirador.
Todavía queda mucho trabajo y mucho camino para conseguir una igualdad definitiva.
Has cubierto eventos históricos como el Mundial de Fútbol de 2019, posiblemente el de mayor impacto mediático. ¿Cómo ves la evolución del deporte femenino en los últimos años?
Hace cinco años, en el Mundial de Canadá, era muy complicado poder hablar de ellas. Enseguida escuchabas que no interesaba, que nadie quería saber qué hacían, pero la realidad es que nadie se había molestado en contarlo. Afortunadamente, a partir de esa fecha empezaron a cambiar cosas muy poco a poco, y en la actualidad vemos cómo el fútbol puede ser una vía más para las mujeres. Vemos que en los medios de comunicación tienen espacio, que las niñas ya pueden practicar cualquier deporte sin tantos prejuicios (aunque queden restos de ese machismo) y que poco a poco van logrando el lugar que merecen. Es parte de la evolución de la sociedad trabajar para incorporar por completo a las mujeres en todos los ámbitos y conseguir una igualdad definitiva. Todavía queda mucho trabajo y mucho camino para ello, pero creo que en los últimos dos años hay muchos actores luchando en esa línea.
¿El fútbol femenino tiene la presencia en los medios que merece?
En absoluto. Pese a que hay una mejora evidente, solo hay que comparar y calcular los contenidos y el tiempo dedicado. Pero no es responsabilidad exclusiva de los medios de comunicación. Los agentes del fútbol tienen que trabajar para darle visibilidad, y que no podamos ver partidos de los mejores equipos de España no ayuda, por poner un ejemplo. También tienen que poner de su parte los clubes, que a veces tienen manías del pasado y ponen dificultades para trabajar.
¿Qué dirías a quienes dicen que el deporte femenino no emociona tanto, no engancha, etc.?
El mensaje es muy simple, que se molesten en verlo.
¿Qué papel consideras que pueden jugar los medios de comunicación hacia esa igualdad en el deporte?
Es esencial. Cuando eres una niña, te fijas en referentes. Pero si pones la televisión y solo ves hombres, piensas que no hay mujeres haciendo lo que a ti te gusta, crees que eres un bicho raro y que no tienes futuro en ese camino. Es importante la igualdad en los medios de comunicación, y para ello deberían existir normas de igualdad en los contenidos de los medios públicos.